En los últimos meses he tenido esas ganas locas de salir corriendo y perderme por unos instantes del día a día: alejarme, cambiar de ambiente y, sobre todo, silenciar le ruido intenso que retumba en mi mente y aturde los pensamientos.
En medio de esta necesidad, me ‘tope’ con un viejo amigo, Robin, y le conté la situación. Me escuchó con atención. Al final de mi desahogo, me dijo pausado y con mucha seguridad: “En estos tiempos y ante tantas responsabilidades, es necesario tomarse un momento para reconectar, descansar y hacer una pausa que nos permita llenarnos de vida”.
Agregó:
“cada vez son más las afectaciones a nuestra salud, tanto física como mental.
Como es habitual, no les hacemos mucho caso hasta cuando en realidad los
problemas se agravan” y me dio unos datos de como el estrés y ansiedad van
ganando terreno.
![]() |
En Lloa estamos implementando el Programa Paso a Paso que motiva la caminata como alternativa para fortalecer la salud física y mental. |
Ante ello, ¿qué hacer?
Fui a
terapia y en ella, además de escucharme, me recomendaron dedicar más tiempo a
actividades de ocio e incluir pausas activas una o dos veces en las jornadas
laborales. También, me puse a leer y encontré unos textos que hablaban sobre
los baños de bosque y los paseos por entornos naturales como alternativa para
disminuir el impacto del estrés y silenciar el ruido mental.
Convencida de que necesito tiempo para mi, me registré en una caminata hacia el
Guagua Pichincha, recomendada por Robin. Hice un par llamadas y junté a dos amigos, María de Lourdes y su
esposo, para irnos a ‘dar una vuelta’.
A eso de
las cuatro de la mañana me pasaron viendo por la casa, en Los Laureles. Nos
dirigimos hacia el sur, a la parroquia de Lloa. Allí nos recibieron con una
bebida caliente y nos compartieron una funda con alimentos que serían
necesarios para nuestra aventura. También nos dieron una charla de seguridad y,
de ahí, junto a otros excursionistas, nos dirigimos hasta el Refugio del volcán
activo.
El camino
estaba algo deteriorado por las lluvias de los últimos días; sin
embargo, como la caravana estaba compuesta por carros 4x2 y 4x4, llegamos sin
mayores contratiempos. Ya agrupados todos y con las mochilas listas, empezamos
la caminata hacia la cumbre.
Luego de
unos 45 minutos, llegamos a la cima y desde ahí, como estábamos de suerte,
pudimos observar los volcanes de la Cordillera Oriental, una vista
sobrecogedora que evidencia la belleza de nuestro país. Contemplar ese corredor
montañoso realmente nos reinicia, nos llena de vitalidad y nos ayuda a
entender que un pequeño esfuerzo nos devuelve la confianza y nos genera tanto
bienestar.
![]() |
Antes de iniciar el descenso de la cumbre del Guagua Pichincha, nos despidió un curiquingue. Al fondo, el volcán Cotopaxi. |
Luego, al regresar al pueblito, nos llevaron a comer y si que hay una amplia oferta gastronómica. En esta ocasión nos invitaron a disfrutar de unas carnes a la piedra buenísimas y al final del paseo nos regalaron una colada morada que nos hizo recordar los sabores de casa.
¡Una
experiencia que la volveré a repetir!
El guía nos indicó que, además de Amanecer Mágico, en Lloa existen rutas por senderos seguros de baja y mediana intensidad, que recorren cascadas y bosques centenarios. Ya me apunté a una de ellas.
Para más información sobre las caminatas y actividades al aire libre, escríbenos al 099 933 3146
Comentarios
Publicar un comentario